En las frases saltaban niños, de ellas,
salían a veces tímidos peatones,
o una abuelita discurría solitaria
esperando.
Cuando hablaba, podía verse,
cómo discutían dos enamorados
o las primeras palabras, temblorosas,
entre dos desconocidos.
Había en el final de sus pensamientos,
expresados en voz universal,
varios amigos comparando sus pertenencias,
y algunas mujeres capaces de aparentar cualquier cosa.
Había un niño jugando sólo; una pareja
que no sabía que lo era; una multidud
indiferente a sí misma
mirando por los balcones, gritando,
desde el fondo de sus frases.
Kepa Ríos Alday
Talleres de Poesía Grupo Cero
sábado, 16 de octubre de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)